Las telas cada vez cobran más peso en la decoración de una estancia. Cambiando las fundas de los cojines o colocando un estor, podemos transformar el espacio con poco dinero. Por ello, hoy te ofrecemos algunos consejos para acertar con las cortinas.

¿Claridad u oscuridad?

Lo primero que tenemos que analizar es la cantidad de luz que queremos que entre por la ventana a cubrir. ¿Necesitamos unas cortinas tupidas o transparentes? ¿Y por qué no ambas cosas?

En viviendas oscuras, lo ideal es dejar pasar toda la luz natural posible con tejidos ligeros y vaporosos. Pero en invierno, una cortina gruesa o con forro nos permite aislar la casa del frío, sobre todo por la noche.

La solución en este caso es colocar una barra doble, con una cortina translúcida que deje pasar la luz y otra más gruesa, que mantenga el calor en el interior.

Otra idea, que le da un aire rústico a la habitación, es colocar visillos en los cristales o cuarterones de las ventanas con una varilla a presión. Y, si lo deseamos, añadimos una cortina.

¿Cuánta tela necesito?

Para acertar con las cortinas es fundamental medir bien el ancho del hueco… que no tiene por qué coincidir con el de la ventana.

A veces tenemos la ventana entre dos pilares y nos puede interesar cubrir todo el espacio. O que ambas hojas cerradas cuelguen por fuera.

En cualquier caso, añade 30 cms para las costuras al ancho deseado. Luego multiplica el resultado por 2, por 2’5 o por 3, dependiendo de lo fruncidas que las quieras. Y divide entre 2, si llevan dos paños.

Respecto al largo, las cortinas quedan más elegantes –y la habitación parecerá más grande- si las cuelgas a ras del techo. Mide la distancia hasta el suelo y añade 50 cms para el bajo y la parte de arriba.

 

Acertar con las cortinas

 

¿Cómo elegir la tela?

Elegir las telas adecuadas es fundamental para acertar con las cortinas. Éstas tienen que tener caída y, por tanto, cierto ‘peso’, como chenillas o lonetas. Si quieres dejar pasar la luz, tejidos finos y naturales, como el lino, algodón…

En comedores, habitaciones de niños o zonas con mucho trasiego, es mejor elegir tejidos resistentes y que se puedan limpiar en la lavadora. Si vas a confeccionar unas cortinas dobles, con forro, lava ambas telas antes de coserlas, por si alguna de ellas encoge.

Respecto al color y estampados, no hay normas. Aunque las cortinas se eligen generalmente en función del estilo de la habitación.

Pero si ésta está decorada en tonos neutros, podemos ser más atrevidos. E incluso cambiarlas según la estación. Unas flores grandes traen la naturaleza al interior y animan mucho el espacio.

Si la estancia es pequeña, elige mejor un color idéntico al de las paredes, porque te ayudará a ampliar el espacio visualmente. Los estampados recargan, así que son más adecuados para habitaciones amplias.

¿Cómo colgarlas?

La forma más habitual es con una barra o rieles. Pero acertar con las cortinas no depende del sistema, sino del pliegue o remate que usemos en el paño.

Una la tela rematada en nido de abeja, colgada con unas sencillas anillas, puede aportar mucho carácter a la decoración. Por el contrario, en un tejido llamativo serán suficientes unos ojales.

Para una habitación infantil, prueba a rematar la cortina con una cenefa de otro color, sujeta a la barra con trabillas o lazadas de la misma tela.

Los visillos y telas ligeras se pueden sujetar con una jareta del ancho de la barra.

En mercerías tienes cintas fruncidoras con distintos efectos, que se sujetan con unos ganchos que se cuelgan, a su vez, de las anillas.

¿Cortinas o estor?

Los estores son una alternativa práctica y económica para las habitaciones donde no se pueden colocar grandes cortinajes.

También para los cuartos infantiles, ya que facilitan la limpieza del suelo y podemos mantener los ácaros a raya.