Plano, extensible, de capota,… Un toldo es una solución efectiva y económica para proteger la vivienda de la luz y el calor. Instalado en la terraza o en las ventanas, rebaja la temperatura interior y el gasto en climatización. Y nos permite disfrutar en verano de los espacios exteriores. Te damos algunas claves para elegir un toldo.

Tipos de toldo

Los toldos varían según su sistema de anclaje, la forma en la que se extienden y el material. El sistema más utilizado y económico es el toldo de punto recto. Consta de un sistema de brazos frontales abatibles, que se pueden reforzar con muelles para protegerlo del viento.

En patios y terrazas grandes se colocan toldos planos, que van en posición horizontal o con poca pendiente. Éstos van enmarcados en una estructura del mismo perímetro que el área a cubrir, soportada por patas o un anclaje.

Podemos elegir un toldo de barandilla, que se desenrolla en vertical. Un toldo extensible, perfecto para grandes longitudes. O un toldo de capota, con su característica forma semicurva o cuadrada, que se coloca en ventanas pequeñas.

Materiales

Podemos elegir un toldo de lona acrílica o de PVC. La primera es más resistente a la decoloración. Y la segunda, muy impermeable. También hay tejidos sintéticos con factor de protección solar.

La elección de una tela u otra dependerá de las condiciones meteorológicas y de la radiación solar. Pero inclínate por una de buena calidad, para que bloquee los rayos UV y los infrarrojos y evite la sensación de calor. Respecto al color, los tonos oscuros proyectan más sombra y aíslan mejor.

No obstante, si vives en un bloque de pisos tendrás que consultar con la comunidad. Puede que todos los vecinos tengáis que instalar uno similar.

Si puedes, procura elegir un toldo con motor y mando a distancia. También puedes colocar un sensor para que se despliegue con sol y se repliegue con mal tiempo.

Calcular las medidas

Al elegir un toldo hay que tener en cuenta su ubicación y medidas, para que dé buena sombra. Para calcularlas, debemos tener en cuenta la línea –la anchura total- y la proyección o salida –el despliegue, una vez abierto-.

En una terraza o balcón, por ejemplo, tendrás que medir el ancho del espacio. Ten en cuenta que la lona queda unos cms. más estrecha que la anchura total del toldo. Si quieres proteger una ventana, debes medir con algo de holgura.

Mantenimiento y limpieza

Una vez que tenemos nuestro flamante toldo, toca cuidarlo y alargar su vida útil. El primer consejo para ello es recogerlo cuando llueva y haga viento. También cuando no vayas a usarlo –p.e. en vacaciones-. Si se ha mojado, no lo recojas húmedo. Espera a que se seque, antes de plegarlo, o aparecerán manchas y moho.

Para limpiarlo, retira el polvo con un cepillo de cerdas blandas. Puedes quitar las manchas con agua tibia y jabón neutro, pero nunca detergentes ni productos abrasivos, o perderá sus propiedades impermeables. Sí puedes recurrir a productos especiales, como un sellador, que se aplica sobre la lona seca.