Comienzo este blog confesando una cosa: no tengo seis de nada. Léase: seis cucharas a juego, seis tenedores, seis vasos, seis tazas,… Bueno, sí, tengo seis platos. Pero cuatro son hondos y dos llanos.  Como muchas personas de mi generación, me fui de casa sin ajuar; no recibí una vajilla como regalo de boda, sino dinero para cubrir gastos; y voy tapando ‘descubiertos’ en el bazar multiprecio.

Dicha carencia se hace más evidente en Navidad, cuando llega la hora de poner la mesa y recibir a familiares y amigos, y nos vemos en la disyuntiva de invitar a cuatro personas, para que todos tengan plato, o dedicar un poco de tiempo a preparar algo especial.

Si éste es tu caso y también has decidido ponerle remedio, aquí van algunas ideas y consejos.

Menaje práctico

Tenemos que ser prácticos con el menaje e invertir productos bonitos y que nos sirvan para el día a día, fáciles de limpiar y cuya rotura accidental no nos cause problemas.

En hipermercados y grandes almacenes podemos adquirir una vajilla blanca, con 18 piezas redondas -6 platos hondos, 6 platos llanos y 6 de postre-, apta para el lavavajillas a partir de 20 €. El precio es tan bueno que os propongo comprar dos y tener así 12 servicios.

Os aconsejo, también, mirar en las tiendas de toda la vida y elegir un diseño con el plato hondo-hondo, para servir en él el consomé y no tener que poner tazones.

Al ser blanca, la podemos combinar bien con otras piezas del mismo tono que compremos sueltas, que tengamos o que nos presten, como una sopera o una fuente.

Pero además, la podemos utilizar con un mantel llamativo, y cambiar el estilo de mesa variando los textiles y la decoración.

 

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Dos ejemplos de servicio con vajillas blancas, con y sin bajoplato. Las telas aportan el toque de gracia, más rústico arriba y fresco y con aires marino abajo. De www.celebrations.com.

 

Otro tanto sucede con la cristalería y la cubertería. En el primer caso, yo reduzco el servicio a un vaso de agua y una copa para el vino. En reuniones familiares los comensales optan generalmente por blanco o tinto, y se guían más por sus gustos que por el protocolo. El criterio es el mismo: piezas prácticas y cómodas, que podéis encontrar desde 1 € la unidad.

Respecto a la cubertería, comprad una de acero inoxidable, incluido el mango, y apta para lavavajillas. Y un requisito más: que el cuchillo corte. Hay algunos que sólo sirve para untar mantequilla.

Podéis encontrar sets de 24 piezas -6 cucharas, 6 tenedores, 6 cuchillos y 6 cucharillas- a partir de 19 €. La idea es la misma: comprar dos juegos y poder servir a 12.

Textiles atrevidos

El mantel es el elemento que va a marcar el estilo de la mesa y el resto de la decoración. Mi consejo es que no os ciñáis solo a los que venden confeccionados. Sed atrevidos, mirad en tiendas de tela y comprad una que os guste por metros, puesto que la confección es muy sencilla.

Después, elegid unas servilletas que contrasten y atadlas con cinta para decorar cada servicio. Podéis usar de papel, las hay realmente bonitas.

Los bajoplatos tienen una función estética relacionada con el servicio, ya que decoran la mesa y evitan que se quede vacía al retirar la vajilla, además de protegerla de manchas y del calor de los platos. No son imprescindibles, aunque merece la pena comprarlos si te gusta organizar comidas en casa.

El precio varía, dependiendo del material: los puedes encontrar de cartón, en ‘sites’ de fiestas, por menos de 6 € el pack de 6 uds., o de pvc a partir de 2,5 € la unidad. Otra opción es alquilarlos en empresas de eventos.

Centro de mesa

Otro elemento importante es el centro de mesa. Aquí hay que tener presente varias cosas. Las velas: cuidado si hay niños, por mucho que estemos pendientes. En caso de ponerlas, que no tengan olor, ya que impiden que apreciemos todos los matices de la comida y el vino.

Otro problema es el tamaño: si ponemos centros muy altos, no vemos al comensal de enfrente… que quizás ha hecho varios kilómetros para cenar en Nochebuena con nosotros.

 

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Centros de mesa naturales, con hojas y frutas. Vistos respectivamente  en www.julieblanner.com y en www.countryliving.com.

 

Otro problema: a medida que vamos sacando platos y fuentes, la gente quiere ayudar a hacer sitio y comienzan a entregarnos los adornos y a preguntarnos: “¿Puedes poner esto por ahí?”. Así que menos es más en este caso.

A mí me gustan los centros naturales: unas hojas del parque y unas granadas o unas nueces, por ejemplo. También podemos montar un centro de mesa en una bandeja de madera, una caja de fruta o una fuente transparente, y retirarlo fácilmente cuando sea necesario.

O, si tenemos la opción de hacerlo, colgarlo sobre la mesa. Este tipo de adornos se hacen con ramas, y sirven también para tener a los niños entretenidos esos días, en su confección.

 

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Dos ejemplos de adornos de Navidad colgantes, para la mesa, vistos en http://www.goodhousekeeping.co.uk/ y en www.freshdesignpedia.com.