El alquiler turístico se está convirtiendo en una fuente de ingresos extra. ¿Te has planteado adecuar un espacio para destinarlo a esta actividad? Si la respuesta es sí, aquí tienes algunos consejos para decorar una habitación para alquilar de manera económica.

Los primero que debemos hacer es vaciar la estancia. Generalmente, cuando tenemos un dormitorio que no utilizamos solemos convertirlo en un despacho. O en el cuarto de las visitas –decorado con los muebles que no quieren los amigos-. O en un trastero.

Después de retirar todo lo que no sirve, reparamos las paredes con masilla –grietas, agujeros y pequeños desperfectos-.

Nuestros futuros huéspedes necesitarán varias tomas eléctricas para los móviles, portátiles,… además de las lámparas y la televisión. Así que éste es el momento de llamar al electricista.

Una buena solución es colocar un sistema de centralización como los de las oficinas. Éstos agrupan las tomas en una sola caja y se pueden instalar en superficie. Otra opción son las regletas de enchufes deslizantes.

No obstante, elijamos una u otra, hay que ver primero dónde van a ir los muebles. Así pondremos las tomas encima o debajo del escritorio, por ejemplo.

Paredes claras

Una vez resuelto el tema eléctrico, pasaremos a pintar las paredes. Como el objetivo es decorar una habitación para alquilar, dejaremos de lado nuestros gustos personales y elegiremos un color blanco cálido.

Como hemos comentado en otros artículos, los colores claros potencian la luminosidad y amplían visualmente los espacios. Además, proporcionan un ‘lienzo’ neutro en el que colocar el resto de elementos.

El siguiente paso es decorar la estancia. Debemos proporcionar a la habitación un aspecto moderno y funcional, pero acogedor y con cierto ‘carácter’.

Si tenemos que cambiar el suelo, un laminado que imite madera es cálido, confortable, resistente y sencillo de mantener.

En la ventana, lo mejor es dejar que entre la luz natural con un estor ligero. Si las vistas son feas, optaremos por un material claro pero más tupido, como el de los estores enrollables.

Prefiero esta solución a unas cortinas porque nos permite ganar espacio y limpiar la estancia fácilmente.

Recuperar un armario

Si queremos decorar una habitación para alquilar, no podemos hacerlo con trastos viejos. Tenemos que invertir un poco en el mobiliario.

Es posible ahorrar en el armario, si disponemos de uno. Si tenemos el típico armario ‘de la abuela’, de madera y con molduras, quedará precioso con pintura a la tiza.

Es muy fácil de hacer, porque no necesita imprimación. Podemos pintarlo de blanco o de un turquesa claro, si deseamos darle al cuarto un aire campestre.

Si tenemos un armario liso, incluso de aglomerado, podemos encargar unos vinilos de gran formato para forrar las puertas. Quedará muy actual y llamará la atención cuando publiquemos las fotos.

Comer y dormir

¿Y dónde van a dormir los clientes? Yo optaría por colocar un sofá cama. De esta manera, no sólo despejamos la habitación y ampliamos su uso. También nos ahorramos colocar un cabecero, coordinar la ropa de cama, etc.

Otra buena idea es poner una butaca que funcione como cama auxiliar. Así podremos alojar a parejas con niños –podemos facilitar a los clientes una cuna de viaje, si la necesitan-.

Otro elemento imprescindible es una mesa que funcione como escritorio, tocador, mesa de comedor… Y un par de sillas.

Si disponemos de poco espacio, colocaremos una mesa camilla. Pero si hay sitio suficiente, mejor una mesa larga en una de las paredes.

Añade un microondas, una nevera pequeña y una lámpara de lectura –la televisión cuélgala de un soporte de pared-. Tus clientes te lo agradecerán.

Para imprimir a la habitación el ‘carácter’ propio del que hablábamos antes, contamos con la ayuda de los complementos.

A la hora de decorar una habitación para alquilar, podemos utilizar elementos de artesanía. Las alfombras, manteles, cojines, cuadros,… deben tener los materiales y colores típicos de la zona.

Los objetos de barro y cerámica subrayan el aire rústico. Dales la bienvenida a tus huéspedes con un bonito cuenco con fruta.