Cada vez somos más los que necesitamos habilitar una oficina en casa. Bien para trabajar por nuestra cuenta –y ahorrar los gastos de alquilar o comprar un local-. Bien para adelantar tareas y completar la jornada.

Si éste es tu caso, la decoración de este espacio puede ayudarte a incrementar la productividad y reducir el estrés. Porque si estás a gusto en él, trabajarás mejor y rendirás más.

No obstante, no siempre es fácil montar una oficina en casa, en un rincón tranquilo, a salvo de interrupciones. Normalmente acabamos convirtiendo el despacho en el cuarto infantil y ‘peregrinando’ con el portátil por toda la casa.

Por este motivo, vamos a darte algunas pautas para habilitar un espacio en el que puedas trabajar a gusto.

Fuente: Pinterest, Estilo & Deco.

Separar los espacios

La clave para organizar una oficina en casa es separar los espacios, es decir, la vida laboral de la personal.

Si trabajas en la mesa de la cocina o del comedor, por ejemplo, es difícil concentrarse y hacerlo de manera eficiente. Generalmente hay elementos de distracción. La comida, los niños, la tele, los paseos a la nevera,…

Por eso, hay que elegir un espacio de la vivienda exclusivo para trabajar. Por pequeño que sea. Busca un rincón cerca de una ventana, para que tengas luz natural. Y completa la iluminación con una lámpara de escritorio –posiblemente trabajes por la noche-.

En los pisos no suelen sobrar metros. Si vas a montar una oficina en casa en el salón o el dormitorio, redistribuye los muebles para ganar amplitud. También puedes pintar las paredes de un tono claro, más luminoso.

Aprovecha un hueco, un retranqueo entre pilares,… para colocar tu mesa de trabajo. Pero ojo: su tamaño debe ser adecuado a las tareas que vas a desempeñar.

Cuando no disponemos de espacio suficiente, acabamos desperdigando cajas y papeles por el suelo. Y el desorden es en ‘enemigo’ de la concentración y la productividad, además de hacernos perder mucho tiempo.

Hay modelos y diseños que pesan menos visualmente. Una mesa blanca, de patas finas y metálicas, o con la superficie de cristal, pueden ser un buen recurso. Y si el espacio es pequeño, puedes instalar un escritorio flotante.

Eso sí. No te sientes a trabajar durante horas en la silla del comedor. Hazte con un sillón regulable y con reposabrazos que cuide tu columna y evite dolores de espalda.

Fuente: Instagram, @minimalsetups.

Tipos de muebles

También necesitarás una estantería para los libros, archivadores, documentos… y no apilarlos en el suelo.

La mejor solución es optar por estantes verticales con múltiples divisiones, donde puedas colocarlo todo aprovechando al máximo la altura.

¿Trabajas en el salón? Entonces instala un mueble con puertas, para evitar que el espacio se vea desordenado.

Evita los ‘parches’. Si puedes evitarlo, no utilices el escritorio ‘descatalogado’ de tus hijos y unas baldas en ‘kit’. Coloca unas estanterías que combinen con el resto del mobiliario o con el estilo de la habitación.

Los muebles de madera y metal son perfectos para los espacios de estilo urbano. Mientras que un armario recuperado –o un antiguo aparador-, pintado en turquesa, es ideal para un salón de aire campestre.

Fuente: Ikea.

Ante todo, orden

Cuando organizamos una oficina en casa, es muy importante mantener el orden. Y hay dos tipos de elementos que conducen al caos: el material de escritura y los cables.

Hay que mantener a raya los bolígrafos, marcadores, cargadores, agendas,… Utiliza algún sistema de almacenaje abierto, como una bandeja, para los objetos de uso frecuente.

Yo, por ejemplo, utilizo una caja de plástico que cierro y retiro cuando acabo. Y el portátil lo meto en un cajón, vacío para esa función.

Respecto a los cables, es imprescindible ocultarlos. Dejarlos a la vista produce una gran sensación de desorden. Puedes enrollarlos con pequeños cauchos o guardar una regleta de enchufes en una caja bonita.

Otro truco, para que estés a gusto en tu espacio de trabajo, es colocar algún objeto personal. Una fotografía de tu pareja y/o de tus hijos, algún recuerdo especial de un viaje…

Y no te olvides de poner una pequeña planta. No sólo enriquecerá tu espacio, sino que está demostrado que reducen el estrés y mejoran la productividad.

Fuente: Pisos.com.