¿Tienes hijos pequeños o estás pensando tenerlos? Si la respuesta es afirmativa, tendrás que redecorar tu vivienda para que sea más segura. Una buena planificación evitará accidentes domésticos.

No lo dejes mucho. Aunque sea un bebé y permanezca en su cunita o parque, se pondrá a gatear antes de lo que crees. Y entonces tendrá un montón de nuevos ‘descubrimientos’ a su alcance.

En este caso más vale prevenir, así que vamos a ver estancia por estancia cómo organizar una vivienda más segura.

Cocina y baño

Son las habitaciones que más objetos peligrosos tienen para los más pequeños.

En la cocina debes instalar cierres de seguridad en los armarios y los cajones. Sobre todo en los que tengan productos de limpieza y los cubiertos y cuchillos.

Cuidado, también, con la despensa o alacena de la comida. Hay legumbres, frutos secos, pasta y objetos pequeños que se pueden tragar.

Además de peligro por envenenamiento y atragantamiento, hay riesgo de quemaduras. Pon una barrera en la vitrocerámica o fuegos. También hay productos para proteger la puerta del horno.

Si tienes butano o gas, coloca también cierres de seguridad en los mandos de los fogones.

Otro ‘punto rojo’ es la puerta. Y no sólo porque se pueden pillar los dedos si no instalas un tope. También porque suelen tener cuarterones de cristal.

Después de que mi hija intentara atravesar uno varias veces, los cubrimos con láminas adhesivas translúcidas. E hicimos lo mismo con los cristales de los muebles -armario auxiliar, puertas del aparador,…-.

En el baño sucede algo parecido. Una vivienda más segura pasa por guardar los líquidos y productos, medicamentos, cuchillas de afeitar,…

Pon cierres de seguridad en los muebles. Guarda todos los medicamentos en un botiquín que quede fuera de su alcance -y de su vista, para evitar tentaciones-.

Y nunca dejes al niño solo en la bañera. Aunque no tenga un palmo de agua, es suficiente para que los pequeños se ahoguen.

El salón

El salón es otro espacio a revisar, de cara a tener una vivienda más segura para los niños.

Los muebles tienen que estar anclados a la pared, para que no vuelquen cuando trepen por ellos –lo harán, ya verás-. Además, hay que pegar esquineros y perfiles de goma en las esquinas y salientes.

Si vives en una casa, pon una barrera de seguridad en el hueco de las escaleras. Y no te olviden del balcón o la terraza, por mucho que pienses que no va a salir.

Protege las barandillas con mallas, para que los pequeños no se cuelen entre los barrotes. No dejes escaleras, taburetes,… ni objetos a los que puedan subirse, incluido macetas. Evita las plantas con pinchos y tóxicas. Y guarda las herramientas, abonos y químicos bajo llave.

En su habitación

Evidentemente, una vivienda más segura para los niños exige que demos un buen repaso a su habitación.

Necesitarás un cierre de seguridad en la ventana y, si es posible, una reja. Al distribuir los muebles, evita colocarlos debajo de la misma, para que no se encaramen. Y pon enrollacordones para que las correas de los estores no se queden colgando.

De nuevo es necesario colocar topes en las puertas para que no se pillen los dedos.

Finalmente, a nivel general, cubre los enchufes de toda la casa con protectores. Si hay algún lugar al que no deban acceder solos –p.e. la piscina-, instala una alarma especial, para que se dispare a su paso.

No te voy a engañar: con tantos esquineros, topes y cierres, la casa quedará hecha un cromo. Pero merece la pena. Debemos valorar la seguridad por encima de todo.